Tengo algun@s parroquianos que vienen a menudo a probar mis deliciosas infusiones, ejemplo mis amigas pe y celi, mis hermanas mayores, Carmenchu que ya las conoce y ha disfrutado de ellas también, Enrique, Jesús y algunos espontáneos que cuando se las ofrezco como les digo yerbas, jajaja, siempre piensan en estupefacientes, jajaja.
Por hoy lo dejo ya, como siempre espero os guste tanto la imagen, la frase y el cuento.
Mañana mas.
Protegedme de la sabiduría que no llora, de la
filosofía que no ríe y de la grandeza que no "se inclina ante
los niños" (Khalil Gibran)
"La Taza de Té"
(Un cuento sobre la humildad)
Un profesor de una prestigiosa universidad, muy
respetado y temido por sus alumnos debido a su gran dominio de los más diversos
temas y su carácter autoritario, viajó una vez a Japón a entrevistarse con un
famoso sabio que vivía retirado en una modesta casa de campo, dedicado al
estudio y la escritura.
El profesor en cuestión, estaba acostumbrado a tener
la última palabra en todo y desechaba frecuentemente las opiniones de los
demás, a quienes intimidaba con su inmensa erudición, su petulancia y su
arrogancia.
En cuanto llego a la casa del sabio, el profesor
empezó a hablar del tema que iba a ser tratado en la visita. Hablaba sin parar,
citando frases de famosos personajes a cada momento, refiriéndose a los
innumerables libros que había leído y a las muchas conferencias que había
dictado acerca de ese y otros tantos temas.
El sabio aprovecho una pausa en el monologo del
profesor para preguntarle si le apetecía una taza de té este le dijo que si y
continuoo su perorata.
Mientras el profesor hablaba, el sabio se dedicó a
llenarle su taza.
Comenzó echando el té poco a poco, primero hasta la
mitad y luego hasta el borde de la taza, Pero al llegar allí no se detuvo, sino
que siguió echando té y más té, con toda la naturalidad del mundo, hasta que el
liquido desbordo también el plato, y, comenzó a manchar el mantel, todo esto lo
hacía sonriendo y escuchando al profesor, como si no pasara nada, El profesor
no se dio cuenta al principio, pues estaba demasiado entretenido escuchándose
hablar a si mismo, pero en cuanto se percató, después de un buennn rato, quedó
estupefacto.
-LA TAZA ESTA LLENA!!!..YA NO LE CABE MAS!!- gritó
-Lo mismo te pasa a ti- le dijo el sabio, con
tranquilidad.
-Tú también estas lleno de toda tu erudición, de todos
los autores que citas, de todos los libros que has leído, de tus propias
opiniones y tus ideas acerca de todo... Como vas a poder escucharme o aprender
algo de lo que yo puedo enseñarte, si antes no vacías la taza?... Impresionado
por esta lección que le acababa de dar este hombre, el profesor se propuso
tener en cuenta, a partir de ese momento, la sabiduría de sus contemporáneos.
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