sábado, 27 de septiembre de 2014

115 de 365 El barco

Una nueva imagen de este verano, aun queda mucho por descubrir, jajajaa, esta vez le toca el turno a este barco amarrado en el puerto de Alicante desde hace ya varios años, yo creo que nació en ese lugar, junto al puerto, bueno es broma, solo recuerdo que siempre que voy a esa ciudad, este barco museo, o lo que sea esta en el mismo lugar.
Nunca pase, no me llama la atención el verlo por dentro, creo que me pasara  como con el castillo de Belmonte, empiezas a encontrar trastos y muebles de cualquier edad y te descoloca, no se a que es debido pero ese lió de edades y culturas me trastorna, no me entra en la cabeza y al final me arrepiento de haber entrado y encima tener que pagar, jajajaaja.
Hoy el poema es un poco largo, pero de quien es merece la pena releerlo, pues creo que es de todos conocidos y mas de una vez aunque solo sea el estribillo lo hemos recitado.
Mañana mas.



















                           Canción del pirata

Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.
La luna en el mar rïela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul:
Navega, velero mío, sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
Veinte presas hemos hecho
a despecho del inglés,
y han rendido sus pendones
cien naciones a mis pies.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Allá muevan feroz guerra ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa, sea cualquiera,
ni bandera de esplendor,
que no sienta  mi derecho
y dé pechoa mi valor.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
A la voz de «¡barco viene!» 
es de ver cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.
En las presas yo divido
lo cogido por igual;
sólo quiero  por riqueza
la belleza sin rival.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río; no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna entena,
quizá en su propio navío.
Y si caigo, ¿qué es la vida?
Por perdida ya la di,
cuando el yugo del esclavo,
como un bravo, sacudí.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Son mi música mejor aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.
Y del trueno al son violento,
y del viento al rebramar,
yo me duermo sosegado,
arrullado por el mar.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Jose de Espronceda

No hay comentarios:

Publicar un comentario