viernes, 26 de septiembre de 2014

114 de 365 El Cañaveral de mi vecino Ruperto

Hoy la entrada es muy emotiva, esta dedicada a un emblema de todo el lugar, de este lugar se han cogido cañas para dar y tomar, ahora es lo único hermoso que queda de la huerta de mi vecino Ruperto, la casa esta hundida, todo lleno de suciedad, bolsas, botellas de plástico y de cristal, una pena, ya de aquel esplendor de huerta, de aquellos sabrosos pepinos, tomates, sobre todo lechugas, que buenas que estaban las  lechugas de la hermana Pepa y el Ruperto, aquello era calidad, y luego para los santos, que montón de flores vendian era su agosto particular, jajaajajaja, bueno la vida sigue, las cosas cambian y esto es lo único que queda como dije hermoso de aquel lugar,  a mi me sirvió para recordar cosas agradables, a personas muy queridas que algunas ya no están y es lo importante, que cuando se pueda se disfrute de la vida, luego todo cambia, las cosas y gentes buenas se nos van y el olvido es lo que nos queda, acabado, ruinoso, sin nada que poder hacer para continuar.
Mañana mas.























El Cañaveral
Entre las cañas tendida;
sola y perdida en las cañas.
¿Quien me cerraba los ojos,
que, solos, se me cerraban?
¿Quien me sorbía en los labios
zumo de miel sin palabras?
¿Quien me derribo y me tuvo
sola, y perdida en las cañas?
¿Quien me apuñalo con los besos
el ave de la garganta?
¿Quien me estremeció los senos
con tacto de tierra y ascua?
Que toro embistió en el ruedo
de mi cintura cerrada?
¿Quien me esponjo las caderas
con levadura de ansias?
¿Que piedra de eternidad
me hincaron en las entrañas?
¿Quien me desato la sangre
que así se me derramaba?
...Aquella tarde de julio, 
sola y perdida en las cañas.
                                                                                                                    Angela Figuera Aymerich                           

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