Hoy tenemos que hacer dos felicitaciones, merecidas las dos, por diferentes motivos, pero merecidas las dos, por una parte cumpleaños de Ascen, gran amiga, y por mucho tiempo compañera de trabajo, felicidades Ascen.
Luego tenemos a la amiga artista, con sus belenes, sus judas, mantenedora de una fiesta que la estábamos perdiendo y que ella en su pequeño praillo la hace todos los años para que disfrutemos grandes y mayores con mucha ilusión, felicidades Gabriela.
La instantánea hoy se corresponde a eso dos grandes arboles, igual que ellas, cada una en su merecido y medida justa, luchadoras, y sobre todo buenas personas.
Bueno si os dais cuenta hay tres arboles, ademas de los grandes esta un ciprés, ese me lo quedo yo, jajaja, por una vez en una foto no salgo el mas gordo, jejejeje.
Espero os guste y ya sabéis:
Mañana mas.
Los Tres Arboles
Había una vez hace mucho tiempo, tres arboles en una colina
de un bosque.
Hablaban acerca de sus sueños y esperanzas y el primero
dijo: "Algún día seré un cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y
piedras preciosas. Estaré decorado con un labrado muy fino y todos verán mi
belleza".
El segundo árbol dijo: "Algún día seré una poderosa
embarcación. Llevaré a los más grandes reyes y reinas a través de los océanos,
e iré a todos los rincones del mundo. Todos se sentirán seguros por mi
fortaleza, fuerza y armadura".
Finalmente, el tercer árbol dijo: " Yo quiero crecer
para ser el más recto y grande de todos los árboles en el bosque. La gente me
verá en la cima de la colina, mirará mis poderosas ramas y pensarán en el Dios
de los cielos, y cuán cerca estoy de alcanzarlo. Seré el más grande árbol de
todos los tiempos y la gente siempre me recordará".
Después de unos años de que los árboles oraban para que sus
sueños se convirteran en realidad, un grupo de leñadores vino donde estaban los
árboles. Cuando uno vió al primer árbol dijo: "Este parece un árbol
fuerte, creo que podría vender su madera a un carpintero", y comenzó a
cortarlo. El árbol estaba muy feliz debido a que sabía que el carpintero podría
convertirlo en un cofre para tesoros.
El otro leñador dijo mientras observaba al segundo árbol:
"Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender al carpintero del
puerto". El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba en
camino a convertirse en una poderosa embarcación.
El último leñador se acercó al tercer árbol; éste estaba muy
asustado, pues sabía que si lo cortaban, su sueño nunca se volvería realidad.
El leñador dijo entonces: "No necesito nada especial
del árbol que corte, así que tomaré este". Y cortó al tercer árbol.
Cuando el primer árbol llegó donde el carpintero, fué
convertido en un cajón de comida para animales, fué puesto en un pesebre y
llenado con paja. Se sintió muy mal, pués eso no era por lo que tanto había
orado.
El segundo árbol fué cortado y convertido en una pequeña
balsa de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en el mar, y
fué puesto en un lago. Y vió como sus sueños de ser una gran embarcación
cargando reyes había llegado a su final.
El tercer árbol fué cortado en largas y pesadas tablas y
dejado en la oscuridad de una bodega.
Años mas tarde, los árboles olvidaron sus sueños y
esperanzas por las que tanto habían orado.
Entonces, un día, un hombre y una mujer llegaron al pesebre.
Ella dió a luz un niño, y lo colocó en la paja que había dentro del cajón en
que fué transformado el primer árbol.
El hombre deseaba haber podido tener una cuna para su bebé,
pero este pesebre debería serlo. El árbol sintió la importancia de este
acontecimiento y supo que ese día había contenido el más grande tesoro de la
historia.
Años mas tarde, un grupo de hombres entraron en la balsa en
la cual habían convertido al segundo árbol.
Uno de ellos estaba cansado y se durmió en la barca.
Mientras ellos estaban en el agua una gran tormenta se desató y el árbol pensó
que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a los hombres. Los hombres
despertaron al que dormía, éste se levantó y dijo :" ¡Calma! ¡Quédate
quieto! ", y la tormenta y las olas se detuvieron. En ese momento el
segundo árbol se dió cuenta de que había llevado al Rey de Reyes y Señor de
Señores.
Finalmente, un tiempo después alguien vino y tomó al tercer
árbol convertido en tablas. Fué puesto a las espaldas y fué cargado por las
calles, al mismo tiempo que la gente se burlaba y escupía al hombre que lo
cargaba.
Se detuvieron en una pequeña colina y el hombre fué clavado
al árbol y levantado para morir en la cima de la colina. Cuando llegó el
domingo, el tercer árbol se dió cuenta de que el fué lo suficientemente fuerte
para permanecer erguido en la cima de la colina, y estar tan cerca de Dios como
nunca, porque Jesús, el Hijo de Dios, había sido crucificado en él.
La moraleja de esta historia es que cuando las cosas no
vayan como nosotros esperamos, siempre debemos saber que Dios tiene un plan
para nosotros. Si ponemos nuestra confianza en Dios, Él te dará grandiosos
regalos a SU tiempo y en su momento. Cada uno de los árboles obtuvo lo que
siempre quiso, sólo que no en la forma en que lo habían imaginado.
No siempre sabemos cuales son los planes de Dios para
nosotros. Solamente sabemos que sus caminos no son nuestros caminos, pero
siempre son los mejores.