domingo, 26 de octubre de 2014

144 de 365 La tia-abuela

Hoy ademas de ser una fecha que merece la pena recordar, hoy nació mi adorable MCarmen, hace ya unos poquitos años, relativamente pocos, es muy joven esta hermosura, muchismo mas que yo, pero con diferencia.
Bueno además de ese acontecimiento tan importante en mi casa, os dejo una imagen enternecedora, sabéis que presumo y mucho de ser un gran tío-abuelo, y es que el número de sobrino -nietos que tengo ya es considerable, y los que quedan por venir, la imagen de ser tío-abuelo es muy similar a la de los propios abuelos, dependiendo del acercamiento que se tenga con los sobrinos, así sera el grado de responsabilidad que se tenga con estos en principio pequeños.
Esta imagen fue realizada en la boda de los padres de la criatura, un día muy estresado para los progenitores y que alguien en este caso la tía-abuela por parte de la contrayente tenia que calmar y hacerse cargo del pequeño, en esta imagen se ve la destreza y entrega que demuestra la a veces no apreciada tía-abuela, sirva de ejemplo para demostrar la ternura y el cariño que aunque parezca lejana la parentesca se puede tener,
Espero os guste la instantánea y ya sabéis:
Mañana más.



               Cuentos de la tía-abuela Nena

Cuando yo era niña, todo, todo era cuento, siempre nos contaban cuentos, todo era magia porque cada cosa, cada objeto, cada pared, todo tenía su magia, y al tener su magia, tenía su cuento. En la noche, a las ocho en punto de la noche, toda, toda la ciudad se quedaba oscura. Se apagaban las luces, había apagón, y en media de la oscuridad, era que a los adultos no le gustaban porque claro, no podían escuchar la radio, no podían hacer las cosas que los adultos esperan en la noche para hacer. Pero nosotros a los niños, mi hermana, mi primo, nos encantaba porque era el momento que vinieron los cuentos. Mi tía abuela, Nena, que tendría unos 84 años cuando yo tenía 6 o 7, 8 años, le encantaba contarnos cuentos, nos sentamos alrededor de mi tía abuela, Nena, escucharla toda la noche, sus cuentos. Y los cuentos que a ella le gustó contarnos era cuentos de miedo, cuentos de espanto, cuentos que nos iban a traumatizar para la vida entera, pero a nosotros nos encantaba escucharla. Y los cuentos uno nunca los olvida, siempre se quedan con uno. Ahora cuando yo regreso a Cuba que hablo con mis primos y nos reunimos, todos nos acordamos siempre, "Te acuerdas de este cuento, te acuerdas del otro cuento," y es nuestro tópico de conversación, los cuentos que nos contaban la Nena.

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