124 de 365 La venta de los hortelanos del lugar

Llevaba viendo el puesto todo el verano prácticamente, acudí a el varias veces a por unos pepinos que me dijeron estaban buenisismos, pero era tan grande su sabor que siempre que llegaba era ya demasiado tarde, el puesto es de Mari y Jose, unos amigos que tienen su propia cosecha y los excedentes los suelen sacar entre la acera y la entrada a sus portas, es una imagen que aun queda por el lugar, y la verdad es que la diferencia de sabor es abismal, no hay nada como comer cualquier alimento a las pocas horas de su recogida, no hay nada que se pueda igualar en cuanto a sabor, en fin ya es tarde para el pepino lugareño, jajajaj, pero le he dicho que el año que viene por lo menos un kilete me tiene que guardar, jajajajaja.

Tengo en mi huerta una rosa

primorosa,

rosa de pitiminí;

y oye chiquilla preciosa,

una cosa,

mi rosa es igual a ti.

Hermanos Alvarez Quintero