martes, 7 de octubre de 2014

125 de 365 El tatuaje

Martes 7 de octubre, hoy la imagen que comparto es una instantánea realizada en uno de los actos celebrados en las fiestas patronales, estabamaos en un espectáculo de los que organizan las peñas, en este caso se trataba de su versión particular de
TU SI QUE VALES, y de pronto una chica se sentó delante mio, a escasos 50 centímetros y me dejo ver esta hermosa hada o duendecillo, era un tatuaje, yo no soy amigo de los tatuajes, no les veo necesarios para el cuerpo, las personas ya somos hermosas por naturaleza, para tenerla que pintarrajear con, aunque bonitos dibujos no necesarios, pero bueno cada uno es ca uno, jajajaja, el caso es que el instinto de caza se me despertó y no tuve mas remedio que disparar, la cosa quedo muy bien y por eso la comparto con el blog.
espero os guste y ya sabéis:
Mañana mas.





















                             Tatuaje


El vino en un barco de nombre extranjero,
lo encontré en el puerto un anochecer
cuando el blanco faro sobre los veleros
su beso de plata dejaba caer.
Era hermoso y rubio como la cerveza;
el pecho tatuado con un corazón.
En su voz amarga había la tristeza,
doliente y cansada, del acordeón.
Y entre dos copas de aguardiente
sobre el manchado mostrador
él fue contándome entre dientes
la vieja historia de su amor:
Mira mi brazo tatuado
con este nombre de mujer.
Es el recuerdo del pasado
que nunca mas a de volver.
ella me quiso, y me ha olvidado,
en cambio, yo no la olvide,
y para siempre voy marcado
con este nombre de mujer.
El se fue una tarde con rumbo ignorado
en el mismo barco que lo trajo a mi,
pero entre mis labios dejo olvidado
un beso de amante que yo le pedí.
errante lo busco por todos los puertos;
a los marineros pregunto por el,
y nadie me dice si esta vivo o muerto
y sigo en mi duda, buscándole fiel.
Y voy sangrando lentamente,
de mostrador en mostrador,
ante una copa de aguardiente
donde se ahoga mi dolor.
Mira tu nombre tatuado
en la caricia de mi piel,
a fuego lento lo he marcado
y para siempre iré con el.
quizá ya tú me has olvidado,
en cambio, yo no te olvidé.
Y hasta que no te haya encontrado
sin descansar te buscare.
Escúchame, marinero,
y dime: ¿que sabes de él?
Era gallardo y altanero,
y era mas dulce que la miel.
Mira su nombre de extranjero
escrito aquí, sobre mi piel.
Si lo encuentras marinero,
dile que yo muero por el.
                                                                                                          Rafael de León

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