miércoles, 22 de octubre de 2014

140 de 365 La cenicienta

Hoy estoy rematadamente ilusionado, uno de los proyectos de los cuales estoy participando va viento en popa y a toda vela, ya hemos realizado la segunda marcha del club de senderismo que estamos formando, quizás cuando salga esta entrada ya este formado totalmente, ahora cuando estoy escribiendo esto es solo un proyecto, muy avanzado por parte de Julio, pero por lo pronto solo es eso un proyecto, la segunda ruta discurrió por el Cerro la Mira (punto geodésico) y La Marañosa, es una ruta circular de algo mas de 9 km. con algunas pequeñas subidas y bajadas un poco dificultosas, bueno para los viejunos como yo  claro.
Es un itinerario muy interesante, acompañados por pinos de repoblación constantemente o sea una  ruta verde, creada por humanos pero verde, lastima que aun haya muchos desaprensivos que aun utilizan el campo como su basurero particular, es penoso encontrarte en pleno camino un zapato de tacón, esa es al imagen que hoy subo, algo inaudito, si hubiese sido una abarca o un zapato de trabajo aun tenia explicación, pero un zapatito de fiesta, no se, a mi me recordó el cuanto de La Cenicienta, jajajaja, por eso hoy le dedico esta entrada, espero os guste;
Mañana mas.



















            La Cenicienta (versión apócrifa)

Con un poco de pimienta
Y algunas otras especias,
Un potaje de lentejas,
Preparaba Cenicienta.

Pero se le olvidó la sal.
Sus hermanastras malvadas
La insultaron indignadas
Y la trataron muy mal.

Lo que primero le hicieron
Fue castigar de inmediato
Haciéndole fregar los platos
E ir al baile le prohibieron.

Y las dos, las muy cobardes,
Fueron a dormir la siesta
Pues comenzaba la fiesta
A las siete de la tarde.

Cenicienta en su cuartucho
Lloraba desconsolada,
Pues estaba ilusionada
Y el baile anhelaba mucho.

Cuando en un gran fogonazo
Apareció una hadita
Que con mágica varita
Le golpeó en el brazo.

Y tras un vértigo fatal
Vestida se vio elegante,
Al cuello con un brillante
Y zapatos de cristal.

Y una calabaza vio
Conducida por ratones
Que el hadita con sus dones
En carroza transformó.

Y allá se fue tan contenta
Al baile del regio palacio
Cuyo principie era un lacio
Y la música muy lenta.

Pero cuando vio al portero
A tal bella abrir la puerta,
El príncipe pidió a la orquesta
Paquito el chocolatero.

Y bailando a troche y moche
El príncipe y Cenicienta
Disfrutaron de la fiesta
Danzando toda la noche.

Mas medianoche se hizo
Y Cenicienta alarmada
Corrió rauda y asustada
Pues se rompía el hechizo.

Y en carrera desigual
Atrás dejó olvidado
Sin serlo premeditado,
Un zapato de cristal.

Y después de aquel suceso
El príncipe de aquel Estado,
Al haberse enamorado,
Cayó en profundo embeleso.

No había otra solución
Que hallar a la propietaria,
Un poquito estrafalaria,
Del zapato y su tacón.

Y soldados del palacio
Tierra y cielo removieron,
Mas encontrar no pudieron
A quien sirviese el zapato.

Y en el piso abuhardillado
Donde Cenicienta estaba
Sus hermanastras malvadas
Se probaron el calzado.

Ni les entró a la de tres
Pues eran gordas y feas,
Y aunque no te lo creas,
Se le transmite a los pies.

Pero al llegar Cenicienta
Y el zapatito encajó,
El asombro fue mayor
Al ser ella una sirvienta.

Asando están las perdices
Y el cuento conocéis,
Por lo tanto ya sabéis
Quienes van a ser felices.
José M. Ramos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario