martes, 30 de diciembre de 2014

209 de 365 El descanso merecido

Tenia la foto guardada desde este verano, me gusto mucho, le di ese color banco y negro de las grandes fotografías, y por fin la encontré, repasando mi album fotográfico del año, para poder completar las 365, se me apareció y fue como un flash, así que la comparto con vosotros, esta realizada en los riscos del sepulcro, allí estaba el amigo Cesáreo a la sombra, descansando, después de una vida llena de trabajos y preocupaciones, ahora puede descansar, ver pasar el tiempo y disfrutar, relajadamente, allí, a la sombra, cerca de la casa, con la garrota y la gorra, toda una imagen típica del lugar, bueno espero os guste y ya sabeis:
Mañana mas.




















A UN OLMO SECO

  Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
  ¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
  No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
  Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
  Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.


                                                                            Antonio Machado, 4 de mayo de 1912

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