domingo, 22 de junio de 2014

18 de 365, el hospital

Nueva entrada recordando donde todos los lugareños de una cierta edad por lo menos los que hoy en día tienen 15 años han estado alojados o de visita alguna vez, ( hemos ido a consultas, hospitalizaciones, nacimientos, etc.).
Mi ultima visita ha sido muy reciente, en Villarrobledo no tenemos servicio de maxilofacial, y nos desplazamos aun a Cuenca, para este servicio. Esta algo cambiado a cuando era nuestro hospital de referencia, pero sigue tan llenos de personas por todos lados, consultas, pasillos, el aparcamiento es en el Lidl, o Alcampo, jajajaja, curioso el Lidl, tiene un aparcamiento muy grande, unos 100 coches por lo menos, lo dejas allí, entras al super y curiosamente están 2 o 3 personas haciendo la compra, deberían cobrar por el aparcamiento y seguro que la caja aumentaría mas que las ventas, jajajaja, bueno hoy os dejo esta imagen y un poema de un medico que además de pediatra era buen poeta, como siempre espero que os gusta y hasta mañana.


UN HOSPITAL CUALQUIERA.

Colmena de cemento,
habitaciones blancas,
pasillos sin final
que unos y otros recorren.

Laberintos reales,
con luces amarillas
y olores sorprendentes,
donde mis pasos suenan.

Abiertos al que busca
cuidados y consuelo,
estación de dolencias
de todos y de nadie.

Donde difunde el miedo,
donde flota la angustia
que el enfermar genera,
y donde comprobamos,
con rabia contenida,
nuestra fragilidad,
pues somos vulnerables,
y nuestra impotencia.

En medio de un paisaje
íntimo y transparente,
llora el recién nacido,
busca el calor materno,
y escucha el moribundo
el canto de los pájaros,
la llamada posible
del amor que aletea.

Aquí los hombres sufren
pero luchan, resisten,
y encuentran la esperanza,
el ánimo preciso.

Aquí, frente al pesar,
el amor se acrecienta,
la humanidad florece,
cobra valor la vida.

Qué soledad terrible
del ser ante sí mismo,
porque el mundo se rompe
mientras agonizamos.

Qué compañía inmensa
cuando alguien lo comparte,
y atiende sin desmayo,
y arranca una sonrisa.

Para no doblegarme
ante la muerte pienso,
para no vacilar
me sobrepongo y lucho.

                                                                             AUTOR : PEDRO MIGUEL COSMES MARTÍN






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