A punto de
terminar el año 2014, llega el 2015, y muchos en lugar de recibirlo con alegría,
lo recibiremos con recelo, con miedo. Convencidos que el año pasado íbamos a
salir de la crisis, y aun vemos que como esto siga así, no hemos tocado fondo. Muchos
seguimos en paro, no hay día que no me pregunte si mañana seré uno de los que
las encuestas dicen sale del paro. Cada vez con menos cuartos para gastar, aun
mas apurados, no hay forma de olvidarse de eso.
Pero estamos
en Navidades, tenemos que cenar en familia y seguro que haciendo un último
esfuerzo algo bueno tendremos para celebrar la noche mágica que cierra el año,
esperando el 2015 venga cargado de mucha felicidad, trabajo y salud, que sigue
siendo lo principal, jajajaja.
En fin para desintoxicarme
de este próximo atracón, subo esta imagen que es de lo más sugerente y actual, hablamos
del romanesco, que según me comenta mi frutera favorita es una variante de la
coliflor, eso sí mucho más atractiva, con un aspecto extraordinario, verde lima
y con los péndulos creciendo en forma de cono y fractal. En resumidas cuentas,
para después de una cena bestial, nada mejor que una ración al otro día de esta
hermosa coliflor cocida en agua o al vapor, jajajaj, bueno espero os guste y ya
sabéis:
Mañana más
CUENTO DE
AÑO NUEVO
Dicen que
cuando se acerca fin de año los ángeles curiosos se sientan al borde de las
nubes a escuchar los pedidos que llegan desde la tierra.
- ¿Qué hay
de nuevo? -pregunta un ángel pelirrojo, recién llegado. Lo de siempre: amor,
paz, salud, felicidad...- contesta el ángel más viejo. Y bueno, todas esas son
cosas muy importantes.
Lo que pasa
es que hace siglos que estoy escuchando los mismos pedidos y aunque el tiempo
pasa los hombres no parecen comprender que esas cosas nunca van a llegar desde
el cielo, como un regalo.
¿Y qué
podríamos hacer para ayudarlos? - Dice el más joven y entusiasta de los
ángeles. ¿Te animarías a bajar con un mensaje y susurrarlo al oído de los que
quieran escucharlo? - pregunta el anciano.
Tras una
larga conversación se pusieron de acuerdo y el ángel pelirrojo se deslizó a la
tierra convertido en susurro y trabajó duramente mañana, tarde y noche, hasta
1os últimos minutos del último día del año.
Ya casi se
escuchaban las doce campanadas y el ángel viejo esperaba ansioso la llegada de
una plegaria renovada. Entonces, luminosa y clara, pudo oír la palabra de un
hombre que decía: "Un nuevo año comienza. Entonces, en este mismo
instante, empecemos a recrear un mundo distinto, un mundo mejor: sin violencia,
sin armas, sin fronteras, con amor, con dignidad; con menos policías y más
maestros, con menos cárceles y más escuelas, con menos ricos y menos pobres.
Unamos
nuestras manos y formemos una cadena humana de niños, jóvenes y viejos, hasta
sentir que un calor va pasando de un cuerpo a otro, el calor del amor, el calor
que tanta falta nos hace.
Si queremos,
podemos conseguirlo, y si no lo hacemos estamos perdidos, porque nadie más que
nosotros podrá construir nuestra propia felicidad".
Desde el
borde de una nube, allá en el cielo, dos ángeles cómplices sonreían
satisfechos.
Pancho Aquino