sábado, 10 de enero de 2015

220 de 365 Mañanita de niebla

Una entrada de lo mas gris, jajajaja, lo digo porque es de un día de niebla, al salir a almorzar del trabajo esta imagen fue la que nos encontramos ese día, niebla, no muy cerrada pero en todo caso niebla, ya sabemos lo que esto significaba, jajaja, "mañanita de niebla, tarde de paseo", pero no se cumplió, después de la niebla vino la lluvia y era gratificante y esperada esa lluvia, fina, como la que soportábamos cuando estábamos poniendo ajos  a mano y la lluvia no apretaba muy fuerte, entonces el refrán que decíamos era el siguiente, jajaja "lluvia mojante, que cala a los ignorantes", jajajaja, las veces que habremos soportado este tipo de lluvia, y lo habiles que eran algunas personas que no se llenaban los guantes de barro, jajajaj ,yo hasta el codo me llagaba el barro y recuero que a mi hermana Mari no se le ensuciaba ni el guante, parecía una pajarita de las nieves, jajajajaja. 
Bueno me ha sido muy grato recordar esos maravillosos tiempos, espero os guste y ya sabeis:
Mañana mas.




















              Hombre que mira a través de la niebla.

Me cuesta como nunca
nombrar los árboles y las ventanas
y también el futuro y el dolor
el campanario está invisible y mudo
pero si se expresara sus tañidos
serían de un fantasma melancólico 
la esquina pierde su ángulo filoso
nadie diría que la crueldad existe 
la sangre mártir es apenas
una pálida mancha de rencor 
cómo cambian las cosas en la niebla 
los voraces no son
más que pobres seguros de sí mismos
los sádicos son colmos de ironía
los soberbios son proas
de algún coraje ajeno
los humildes en cambio no se ven 
pero yo sé quién es quién
detrás de ese telón de incertidumbre
sé dónde está el abismo
sé dónde no está dios
sé dónde está la muerte
sé dónde no estás tú 
la niebla no es olvido
sino postergación anticipada 
ojalá que la espera
no desgaste mis sueños
ojalá que la niebla
no llegue a mis pulmones
y que vos muchachita
emerjas de ella
como un lindo recuerdo
que se convierte en rostro 
y yo sepa por fin
que dejas para siempre
la espesura de ese aire maldito
cuando tus ojos encuentren y celebren
mi bienvenida que no tiene pausas
 Mario Benedetti

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