Hoy, martes día 1 de julio de 2014, hoy hablamos de la sombra, mi sombra, fue como un aviso de
parte de ella, estaba yo apurado buscando una imagen, algo que me diese ese
subidón que necesito para sentirme a gusto con la imagen del día, no se ya
comente que no es cuestión de fotos buenas, es cuestión de un seguimiento y
para las 365 fotos que me comprometí
ha hacer, seguro que pasara como con el
blog, de las once mil visitas que llevo ya acumuladas, seguro que mas de 10900
son mías propias, jajaja, pues con las fotos pasara igual, de las 365 que
tengo que hacer, seguramente solo habrá 5 que merezcan la pena detenerse a
contemplar, a mirar y como no seguramente también a admirar, no por el fotógrafo,
no por Dios, ni hay mente ni medios para hacer
grandes creaciones, solamente por el momento, la luz, la distancia, la suerte, por eso nada mas, quien hace
muchas cosas de algo, alguna vez tendrá que acertar, jajaja.
Bueno estaba en esos momentos precisamente
buscando eso, inspiración y parece como mi propia sombra me hablase, jajajaja, y dijese y
yo, yo no merezco una instantánea, aquí, con esta sombra de árbol, por favor, párate y dispara, que yo también quiero salir, y lo hice, me convenció, ¿porque
no?, jajaja, bueno así surgió la imagen de hoy, cumplido el objetivo, mañana
mas.
MI SOMBRA
No nos decimos ni una palabra pero sé que mi sombra se
alegra tanto como yo cuando, por casualidad, nos encontramos en el parque. En
esas tardes la veo siempre delante de mí, vestida de negro. Si camino, camina;
si me detengo, se detiene. Yo también la imito. Si me parece que ha entrelazado
las manos por la espalda, hago lo mismo. Supongo que a veces ladea la cabeza,
me mira por encima del hombre y se sonríe con ternura al verme tan excesivo en
dimensiones, tan coloreado y pletórico. Mientras paseamos por el parque la voy
mimando, cuidando. Cuando calculo que ha de estar cansada doy unos pasos muy
medidos –más allá, más acá, según- hasta que consigo llevarla donde le
conviene. Entonces me contorsiono en medio de la luz y busco una postura
incómoda para que mi sombra, cómodamente, pueda sentarse en un banco.
Enrique
Anderson Imbert, Cuentos en miniatura.mas.
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