Hasta mañana que seguro tenemos mas.
El Júcar
Agua verde, verde, verde,
agua encantada del Júcar,
verde del pinar serrano
que casi te vio en la cuna.
Bosques de san sebastianes
en la serranía oscura,
que por el costado herido
resinas de oro rezuman.
Verdes de corpiños verdes,
ojos verdes, verdes lunas,
de las colmenas, palacios
menores de la dulzura.
Y verde rubor temprano,
que se asoma a las espumas,
de soñar, soñar, tan niña
con mediterráneas nupcias.
Álamos y cuantos álamos
se suicidan por tu culpa,
rompiendo cristales verdes
de tu verde, verde urna.
Cuenca, toda de plata,
quiere en ti verse desnuda,
y se estira de puntillas,
sobre sus treinta columnas.
No pienses tanto en tus bodas,
no pienses, agua del Júcar,
que de tan verde te añilas,
te amoratas y te azulas.
No te pintes ya tan pronto
colores que no son tuyas.
Tus labios sabrán a sal,
tus pechos sabrán a azúcar.
Cuando de tan verde, verde
donde corpiños y lunas,
pinos, álamos y torres
y sueños del alto Júcar.
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