martes, 14 de julio de 2015

Santa María Magdalena - Segundo día de novena

Santa María Magdalena es una figura señera y relevante. Normalmente se ha identificado a la Magdalena con la pecadora de San Lucas que unge los pies de Jesús en casa de Simón y con María de Betania la adoratriz. Hoy, la opinión más común, y más acordes con los datos evangélicos, es que se trata de tres mujeres distintas, con su personalidad característica.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Dios mío, uno y trino! Yo te adoro, creo en Ti, espero en Ti y te amo, te alabo y te ensalzo, ahora y para sobre todas las cosas, por Ti mismo, siempre te deseo ver, te obedezco, te amo, te doy infinitas gracias y me duelo por todo lo que me puede doler haberte ofendido, solamente por ser Tú quien eres. 
Me gozo de tus infinitos bienes y de tu infinita gloria; deseo ardientemente te adoren, te amen y te glorifiquen, y te ofrezco entre estas oraciones unidas con el amor humano Verbo, para con Santa María Magdalena, a tu mayor gloria y para honra del mismo humano Verbo y de su Santísima Madre y de la misma Santa María Magdalena. 
¡Dulcísimo Verbo humano! Te doy humildes y afectuosas gracias porque con tu divina luz ilustraste la mente de la Magdalena, y le heriste el corazón con tanto amor, que como sierva herida corrió a la fuente de su misericordia, a tus divinos pies, en donde con lágrimas y afectos intensísimos de dolor y de amor, lavó las manchas de su alma y alcanzó la perfecta remisión de sus culpas, y tan sobreabundantes gracias, que de pecadora se convirtió luego en una gran santa; te suplico por sus méritos me concedas a mí una íntima y perfecta contrición de mis pecados y el cumplido perdón de ellos y gracia abundante para que te sirva y ame en lo venidero, con inocencia de vida y fervor de caridad; por Ti mismo que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén 
Aquí se pide la gracia que desea y después se rezará tres veces el Padre Nuestro y Ave María.







 Segundo día: 
Gloriosa arrepentida, espejo de amantes corazones, cerraste los labios a tantas voces y abriste tus ojos para que ellos explicasen lo que tu corazón sentía, enseñando verdadera maestra que para amar a Dios era necesario el amor puro de los sentimientos profundos. Magdalena Santa continúa tus súplicas al Señor por nosotros y tus favores a tus devotos concediéndonos un verdadero arrepentimiento de los pecados y un excesivo amor a Dios y que evitando la violencia de la lengua nos abstengamos de toda culpa alabando y dando gloria al Señor que te eligió para la Patria Celestial. Amén.
Oración: 
¡Santa María Magdalena, ejemplar de penitencia, discípula y amada de Cristo y maestra del Divino Amor, refugio y amparo mío! Yo te adoro y venero, te aprecio y te amo, te alabo y bendigo; me gozo de tu inestimable gracia y gloria y te suplico, amabilísima santa mía, me alcances de Dios, por tus méritos, una perfecta contrición de mis pecados y la remisión de ellos, como tú la conseguiste, y del fuego de la caridad divina de que fue encendido tu corazón, y una muerte semejante a la tuya, y que me asistas en la última agonía y lleves mi alma a la Patria Celestial. Amén.

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