María Magdalena tuvo un privilegio único e imponderable: fue la
evangelizadora de los apóstoles.
Ella, por mandato de Jesús, fue la encargada de anunciarles la buena
nueva de su resurrección. En este sentido nos recuerda el apóstol San Juan Los
dos fueron objeto de la predilección de Jesús. Los dos lo amaron con ardiente
corazón. Los dos estuvieron, en amorosa compañía, al pie de la cruz.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Dios mío, uno y trino! Yo te adoro, creo en Ti, espero en Ti y te amo,
te alabo y te ensalzo, ahora y para sobre todas las cosas, por Ti mismo,
siempre te deseo ver, te obedezco, te amo, te doy infinitas gracias y me duelo
por todo lo que me puede doler haberte ofendido, solamente por ser Tú quien
eres.
Me gozo de tus infinitos bienes y de tu infinita gloria; deseo
ardientemente te adoren, te amen y te glorifiquen, y te ofrezco entre estas
oraciones unidas con el amor humano Verbo, para con Santa María Magdalena, a tu
mayor gloria y para honra del mismo humano Verbo y de su Santísima Madre y de
la misma Santa María Magdalena.
¡Dulcísimo Verbo humano! Te doy humildes y afectuosas gracias porque
con tu divina luz ilustraste la mente de la Magdalena, y le heriste el corazón
con tanto amor, que como sierva herida corrió a la fuente de su misericordia, a
tus divinos pies, en donde con lágrimas y afectos intensísimos de dolor y de
amor, lavó las manchas de su alma y alcanzó la perfecta remisión de sus culpas,
y tan sobreabundantes gracias, que de pecadora se convirtió luego en una gran
santa; te suplico por sus méritos me concedas a mí una íntima y perfecta
contrición de mis pecados y el cumplido perdón de ellos y gracia abundante para
que te sirva y ame en lo venidero, con inocencia de vida y fervor de caridad;
por Ti mismo que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
Amorosa Magdalena que
pasando los límites de tu amor humano, amaste al Divino Maestro que merecía tu
gran caridad y que siendo Cristo
quién dijo que eras tú que si mucho habías pecado, mucho más habías amado. el
mismo Señor que te enseñó a amar, el mismo Jesús
que amó tu firmeza, te ruego me enciendas en el fuego del divino amor
ayudándome a aborrecer todo lo que le disgusta al
Señor.
Atrae a mi corazón un
gran agradecimiento a sus beneficios. No olvides Santa Gloriosa a quienes están
fuera de la religión cristiana y en
particular a los que te ruegan y se valen de tu patrocinio dando a todos el
conocimiento y valor de la gracia y de la miseria del
pecado mortal del que espero me librará de tu intercesión. Amén.
Dulcísimo Verbo humanado, que te dignaste ennoblecer la casa de Santa María Magdalena con hospedarte en ella y admitirla a tus pies, para alimentarla con tus divinas palabras, concédeme, te ruego, por sus merecimientos que limpie mi corazón de todos los vicios y afectos terrenos, para que te dignes habitar en él y alimentarlo para la vida eterna, con tus divinas inspiraciones, por ti mismo Dios, salvador mío, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario