Toñi me pidió que le hiciese unas fotos, cuando están ayudando a Mª
Magdalena en su cambio de sayas y tocado, después de procesionar Jueves Santo y
dejar la imagen preparada para el Viernes Santo.
La luz no era muy buena para hacer las fotos con la brillantez que la ocasión merecía, pero tras unos instantes de reflexión y duda, decidí hacer un pequeño reportaje con fotos y alguna palabrilla escrita para dar a conocer y poner en valor el exquisito tratamiento que se le da a la labor de la camarera, sin mostrar nada, sin desvelar nada, solo sabiendo estar.
Nadie como las camareras dan sin recibir nada, la imagen recibe las
felicitaciones, la misma cofradía, (presidente, hermanos mayores, etc…) pero
ellas al margen siempre, sin buscar nada más que ofrecer su servicio…
anónimamente, conocidas solo por los más allegados y casi sin saber muy bien nadie
en qué consiste su tarea.
Son como sombras detrás de la tela, musitando lo que
hablan, en silencio, con la luz tenue que parece que lo que hacen lo deben
hacer para ellas solas, que nadie se entere, que no tengan que agradecerles que
sean uno de los principales motores de vida de una Semana Santa. Casi en
secreto como si tuviesen miedo de que los demás se enteren de que ellas son y
se sienten unas mujeres privilegiadas.
Dedicado a Toñi y Mª Sol, camareras de la cofradía del Stmo. Cristo
Amarrado a la Columna y Santa Mª Magdalena
¡¡¡VIVA EL AMARRAO!!!
¡¡¡VIVA SANTA MARÍA MAGDALENA!!!
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