(Protector
de los Conductores)
A ti acudimos, San Cristóbal,
para que nos acompañes a los largo de la
vida,
y nos alcances poder llegar al fin de cada día,
con salud bienestar y gracia de Dios.
y nos alcances poder llegar al fin de cada día,
con salud bienestar y gracia de Dios.
Tú llevaste sobre tus hombros al Niño Jesús,
que así quiso premiarte por tus servicios ofrecidos,
a todos quienes te pedían ayuda en el camino.
Ya que eres abogado de los que están en camino,
y especialmente de los conductores,
rogamos tu intercesión para que nos asistas en el viaje,
y nos obtengas del Señor, el bien de regresar felices,
y agradecidos a nuestros hogares.
Dame Señor mano firme y mirada vigilante.
para que a mi paso no cause daño a nadie.
A ti Señor que das la vida y la conservas,
A ti Señor que das la vida y la conservas,
suplico humildemente, guardes hoy la mía en
todo instante.
Libra Señor, a quienes me acompañan,
de todo mal: choque, enfermedad, incendio o
accidente.
Enséñame a hacer uso también de mi coche,
Enséñame a hacer uso también de mi coche,
para remedio de las necesidades ajenas.
Haz en fin, Señor, que no me arrastre el vértigo de la velocidad,
y que, admirando la hermosura de este mundo,
logre seguir y terminar mi camino con toda felicidad.
logre seguir y terminar mi camino con toda felicidad.
Te lo pido, Señor, por los méritos e intercesión de San Cristóbal, nuestro Gran Patrono.
Amén
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