Reflexiones -
La Paciencia es Amarga
En los tiempos de las grandes haciendas ganaderas, se ataba a veces
un pequeño burro a un caballo salvaje.
Ambos eran entonces soltados juntos hacia el desierto. Corcoveando
furiosamente, el caballo salvaje tiroteaba y sacudía al pequeño burro,
arrastrándolo como una bolsa de patatas.
Sin embargo, ambos regresaban algunos días después. Primero aparecía
el pequeño burro, trotando de regreso hacia la hacienda, con el sumiso corcel a
rastras.
En algún lugar del desierto, el caballo quedó exhausto al tratar de
liberarse del burro. En ese momento, el burro se convirtió en el amo de los
dos. El lento, paciente e insignificante animal se convirtió en el líder del
otro más rápido, más veleidoso y más apreciado.
Las personas pacientes, comprometidas, metódicas y trabajadoras
pueden encontrarse en la cometida de aquellos que son más revoltosos en su
trabajo. Pero al final, ellos tienden a lograr más, ascender más alto, y ganar
mayor respeto de sus colegas y de aquellos que trabajan a sus órdenes.
Elija hoy ser paciente y calladamente decidido, y el mañana lo
recompensará.
La paciencia es amarga, pero su fruto es dulce.
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