Hoy la entrada va de recuerdos, el pasado viernes de vuelta
a casa del trabajo me encontré a Ana Belén, mi vecina con una capillita debajo
del brazo, y con la confianza que me da conocerla desde que era un bebe, le pedí
que me la mostrase, ella encantada lo hizo y era la imagen de la Virgen del
Pilar, la llevaba a otra vecina para que la tuviese el tiempo acordado, ahora
no sé cuánto será, pero seguramente una semana o más.
¿Quién no ha tenido en casa de su abuela, o en la suya
propia una capillita?
Hecha de madera con un cristal en el frontal, recubierta de
puertas y que estaba coronada por una cruz, dentro estaba la Virgen o Santo de
cualquier advocación y debajo tenía una hucha o limosnero que servía para
recaudar fondos destinados al culto o a socorrer necesidades (esa era la teoría),
jajaja.
El caso que me trajo recuerdos de cuando alguna vecina nos
la llevaba a casa, lo primero era abrir las puertas darle un beso y rezarle alguna
oración, depende de quien ocupase la capillita, algunas veces llevaba en una
puerta la oración que había que decir y en la otra las diferentes mujeres
(siempre eran mujeres) que participaban en su reparto, pasado el tiempo correspondiente
mi madre o mis hermanas acudían a casa de la hermana Luisa, o la Pepa, o la
Rosa, a llevar la capillita.
PD: una lástima que estas cosas hayan desaparecido, era una
forma de comunicarse los vecinos, en fin, ahora tenemos el wasap o el face,
siempre podemos mandar un mensaje a los vecinos para pedirles la sal. jajajaa
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