Jueves Santo es el primer día del Triduo Pascual, en este día el Sagrario permanece abierto y vació, la comunión se hace con el pan consagrado en la misma Eucaristía, y al mismo tiempo se consagran las hostias necesarias para el día siguiente, Viernes Santo, en la celebración de los oficios de la Pasión del Señor.
El lavatorio de los pies, no debe omitirse. Según la tradición se hace en este día a doce hombres previamente designados y representativos de la comunidad. Significa el servicio y el amor del Señor Jesús que ha venido "no para ser servido, sino para servir" (Mt 20,28). Es un hermoso sacramental que complementa y explicita lo que es la Pascua y el sentido profundo de este día del Jueves Santo. El lavatorio de los pies hay que hacerlo con autenticidad. No sólo con unas gotas, sino lavando, secando y luego besando los pies, de modo que exprese bien la lección que nos dio el Señor Jesús: el amor fraterno, el servicio para con todos, la reconciliación.
Una vez terminada la misa y bajo palio se hace una procesión para guardar el Santísimo Sacramento en un lugar llamado Monumento, adornado con flores y cirios, para que invite a la adoración, meditación y oración a los fieles.
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