Escrito por Teresa Ortiz en www.natursan.net
El ajo negro es el ajo común sometido a un proceso de
fermentación natural o maduración que le confiere el color, la textura y sabor
que le caracteriza. Durante ese proceso el ajo blanco es sometido a unas
condiciones de temperatura, humedad y tiempo necesarias hasta alcanzar la
maduración. A simple vista la forma de la cabeza y de los dientes de ajo son de
igual forma que la del ajo común. Sin embargo al observarlo podemos ver como
por fuera es de color algo más tostado y al pelar el diente de ajo
comprobaremos que es totalmente negro. Otra de las diferencias con el ajo común
es que debido al proceso al que es sometido no solo le cambia el color también
lo ablanda hasta el punto que adquiere la textura de pasta y podemos fácilmente
untarlo en un pedazo de pan o trozo de bizcocho. En cuanto al sabor resulta más
suave, menos intenso que el ajo común, algo afrutado, y es más fácil digerirlo,
sobre todo para las personas que suelen repetir su sabor, por lo que no resulta
nada indigesto, tampoco deja mal aliento.
Los beneficios del ajo negro más importantes
La diferencia del ajo en sí mismo con el ajo negro es que
este último aumenta las propiedades antioxidantes y es una buena fuente de
proteínas naturales. El ajo negro no solo conserva las mismas propiedades
medicinales y nutritivas que el ajo común, sino que las supera.
Es muy usado desde tiempos remotos en la cocina asiática, y
cada vez su uso está siendo más extendido y conocido.
Ayuda a
reforzar el sistema inmune
De la misma forma que ocurre con el ajo común, el ajo negro
es muy útil a la hora de reforzar nuestro sistema inmunológico de forma
totalmente natural, por lo que se convierte en una opción excelente cuando
necesitamos fortalecer y aumentar las defensas.
Sobre todo su consumo se recomienda en los meses de otoño e
invierno y en los cambios de estación, momentos del año cuando nuestras
defensas suelen debilitarse un poco. No obstante, por su increíble riqueza
nutricional es aconsejable consumirlo con regularidad durante todo el año.
Útil para
reducir el colesterol y los triglicéridos
En caso de tener colesterol alto y también niveles elevados
detriglicéridos, el consumo regular de ajo negro es adecuado para reducir los
niveles altos de grasas en la sangre, por lo que es una opción natural
excelente a la hora de prevenir la arteriosclerosis.
Increíbles
beneficios antioxidantes
Como te comentábamos brevemente en las líneas anteriores, el
ajo negro destaca por contener más antioxidantes que el ajo común. Esto
significa que es un alimento excelente para reducir la acción de los radicales
libres, retrasando el envejecimiento celular y ayudándonos a prevenir
enfermedades crónicas y graves.
Un buen
energizante natural
Aunque no lo creas, si necesitas un aporte extra de energía
¿sabías que el ajo negro puede convertirse en tu aliado, y serte de gran ayuda?
Lo cierto es que el ajo negro es un maravilloso energizante natural, muy útil
para deportistas, atletas de alto rendimiento y estudiantes.
Aliado contra
el estrés, la ansiedad y la depresión
El ajo negro es rico en determinados nutrientes esenciales
útiles en caso de ansiedad, estrés y depresión, por lo que un consumo regular
de este alimento es especialmente adecuado cuando se sufre algún problema
emocional, al ayudar a combatirlos naturalmente.
El ajo negro podemos usarlo para condimentar diferentes
platos, para aderezar salsas y también para degustarlo untado en pan, en
tostadas.
Propiedades
nutricionales del ajo negro a tener en cuenta
· Muy rico en
proteínas: ayudan a regenerar y fabricar nuestros tejidos.
· Alto
contenido en vitamina C: nutriente esencial con reconocida acción antioxidante.
· Elevada
cantidad de antioxidantes: útiles para reducir y neutralizar la acción de los
radicales libres, así como retrasar el envejecimiento celular.
Lo más aconsejable es consumir entre 1 a 3 dientes de ajo
negro diarios, preferentemente por la mañana antes del desayuno y siempre
alejados de los horarios de sueño.
Por otra parte, además de consumirlo crudo o cocido es
posible añadirlo a bizcochos y pan, y comerlo de la misma forma que si fuera
una pasta.