El día 14 de octubre después de
pasar una tarde muy lluviosa en el valle del roncal llegamos a Sos del Rey Católico,
villa declarada conjunto histórico artístico en el año 1968. Nos alojamos en el
parador, un lugar con muchísimo encanto, cada estancia del lugar tiene unos
detalles de lujo y categoría, nunca impensables por mí en poder disfrutar de
tanto lujo y gusto.
La primera impresión fue de señorío,
la recepción atentísimos, y eso que íbamos 62 personas, subimos a las habitaciones
y fue como entrar en el túnel del tiempo en cuanto a decoración pero en
comodidades estábamos a la ultima, nada más ver los complementos de aseo que
habitualmente nos dejan a los clientes, en este caso ya alucinábamos, era
muchos botecitos y todos de vino terapia, cosa que me hizo mucha gracia. Las
camas tenían un confort indescriptible, una calidad en la ropa de cama que
sobre todo a las personas del género femenino alabaron y les llamo mucho la
atención.
Sos es una villa situada entre
los antiguos Reinos de Aragón y Navarra que ha pasado a la historia, como lugar
de nacimiento del Rey Fernando el Católico, en la Casa Palacio de los Sada,
pasear por sus calles es de sobra una satisfacción, te trasladas al pasado
recorriendo el barrio de la Judería, visitando la lonja medieval o la torre del
homenaje entre otros de sus muchos rincones con historia. En las fotos comprobaremos un breve
resumen de toda su grandeza. A continuación os voy a
realizar una crónica con fotos de el siguiente día que pasamos en Sos, incluida
también la salida, la cena y nuestro acto típico de la cofradía que es la
preparación de la queimada en todos los viajes que realizamos con nuestra
autorización siempre por el personal de los hoteles donde nos alojamos.
La salida nada más llegar fue
muy desigual, en cuanto a que no todo el mundo salió a dar una vuelta, veníamos
mojados y cansados y la impresión que trajeron de la calle era que merecía la
pena una visita al día siguiente.El restaurante del parador un
lujo, la atención de los camareros muy detallada sirviéndonos el agua y el vino
constantemente, no dejaban las botellas en la mesa, éramos esa noche personas
de realengo, jajajaja, de entrado nos pusieron unos chupitos con un sabor muy
bueno, una sopa de marisco y a destacar las carrilleras de ibérico con ciruelas
que nos tomamos y el suculento postre final de pudin con teja de chocolate.
Después de la cena nos
reunimos en una
terraza y preparamos la queimada, increíble lo bien que nos lo
pasamos, además invitamos a unos señores no españoles a que nos acompañasen y
disfrutaron un montón igual que nosotros.
La mañana siguiente fue muy
especial, tomamos paloma que la hizo Antonio en la puerta del parador,
invitamos a nuestros amigos de la noche anterior, felicitamos a las teresas,
pues era su santo y seguidamente recorrimos este maravilloso pueblo que os
presento en estas fotos .
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